INTRODUCCIÓN
El principal objeto de nuestra empresa es la restauración de bienes culturales. Somos especialistas en dos campos de actuación: en armaduras castellanas, mudéjares o artesonados renacentistas, en resumen, todas las estructuras comprendidas en la carpintería de armar; en carpinterías puertas, ventanas, portones, portalones, fraileros, de cualquier índole y estado de conservación.
Acometer una restauración conlleva un estudio exhaustivo de la obra que permita realizar la actuación idónea respetando no solo la estética final de esta, sino toda la técnica constructiva empleada en su ejecución. Para ello es fundamental realizar una inspección previa que nos permita detectar cual es la patología que afecta a la obra, establecer un diagnostico y realizar la actuación más acertada.
Este objeto de trabajo es el dedicado a la restauración de casas particulares con construcciones estructurales en madera así como puertas, ventanas, balcones, barandillas y demás elementos de madera, estructurales o decorativos que puedan formar una casa. La forma de proceder es la misma que en el apartado anterior: inspección, evaluación, diagnostico y medidas de actuación. En este apartado podemos destacar obras como las realizadas en casas moriscas en el Albaizín de Granada.
Las patologías que afectan a cualquier elemento de madera las podemos clasificar en tres grupos principales: los daños de origen biótico relacionados con los organismos xilófagos; los de origen abiótico, producidos por los agentes atmosféricos (el sol y la lluvia), los agentes químicos y el fuego; y por último los de origen estructural por defecto de cálculo o de construcción.
La inspección de un elemento de madera se realizará en distintos niveles en función de la obra a restaurar y del estado de esta. En una primera fase se analiza un reconocimiento visual exterior y localización de catas; en una segunda fase se inspeccionan las catas abiertas, anotando las patologías detectadas en estas; por último una tercera fase en la que se observan las zonas ocultas siguiendo las pautas de la fase anterior.
Como resultado del diagnostico se deducen las medidas a realizar para recuperar la seguridad y estabilidad de forma que recuperemos la capacidad portante y resistencia original.
Entendidas como tal portones de iglesia, portalones, fraileros, puertas, ventanas, balcones, barandillas, celosías, etc. En definitiva elementos no estructurales construidos en madera.
Una de las actuaciones más frecuentes en los portones de iglesia es la perdida de tablazón en la parte inferior de los portones debido a agentes atmosféricos. En este caso la actuación más acertada es la eliminación de la zona degradada siendo esta sustituida según la técnica de pico de flauta, empleando maderas similares tratadas con arena proyectada y barniz al agua.
Nuestra experiencia y el empleo de las técnicas apropiadas nos permite actuar en cada trabajo de forma que las estructuras recuperen su capacidad portante además de su belleza ornamental por lo que no es necesario el empleo de estructuras protectoras y/o de refuerzo, que dicho sea de paso, acortan la vida de la restauración debido a las condensaciones producidas entre ambas estructuras. Para ello realizamos tres niveles de actuación en función del estado de los elementos:
-Piezas destruidas: se procede a su reposición empleando las técnicas constructivas originales.
-Recuperación de piezas dañadas eliminando de las partes deterioradas insertando prótesis hasta recuperar su forma primitiva, usando para ello maderas similares y con el mismo grado de humedad, encoladas con resina epoxy.
-Limpieza de elementos policromados en buen estado de conservación o decapado y barnizado en caso de no tener policromías.
Con estas actuaciones conseguimos que la obra recupere su capacidad portante original incluso la incremente en caso de soportar solicitaciones mayores debido al cambio de uso (por ejemplo, en alfarjes portantes cuyo trasdós se va a dar un uso público). El resultado es una obra con el esplendor y resistencia que perdió a lo largo de los años.